Acerca de las costumbres de los animales
Leonor Silvestri
Ed. Infamia Trascendental
comentario by Alicia Gallegos
Por
momentos me parece que solamente miro, espío, observo, anoto y
realmente creo que es así, que no quiero salir de este lugar de
científico, observador, laboratorista o tal vez ¿voyeur ? en él que me
ha instalado Leonor Silvestri con su libro “Acerca de las Costumbres de los Animales ” .
Aquí estoy, así, helado y duro como cuando estudio una gota
de sangre a través del microscopio, me atraviesa un frío que impide
pestañear y lentifica la respiración, suavizándola hasta hacerla
prácticamente imperceptible. El frío ayuda a que nada me distraiga, a
que no me desconcentre, a que no me desenfoque de lo que atrae mi
atención, de lo que miro: ahora, estos poemas breves, que se suceden sin
títulos, ni mayúsculas, ni signos de puntuación, estos animales
extraños, por momentos diríase irreales, enormes o diminutos, bellos o
monstruosos y ahora mismo en el momento en que cierro con fuerza los
ojos para dejar de mirar, caigo en la cuenta de que tal vez no sea esta
una sucesión de poemas, sino las partes de un poema largo.
Sobresaltado, abro los ojos porque “en una nevera dos enlazados / para que los veas vos / he conservado / 50 noches / de invierno ”.
Busco el bisturí, con ánimo de diseccionar. Busco una lupa, una cámara
de fotos para tratar de registrarlos, armar unas diapositivas o tal vez
una gigantografía. Me mareo, unas gotas de sudor me caen por la nuca y
los lentes de aumento empiezan a empañarse. Ya no soy el científico
calculador y medido. Me crecen pelos, escamas, soy el macho, la hembra, el pene sencillo, la viscosa pegatina, la grupa, la cloaca, la cola entreabierta, un poco de nieve blanca.
Y claro, compruebo que me engaño, porque termino implicándome
“ el grado de violencia erótica / la atracción hacia el
canto anima / se pone a frotarle los bordes de la cloaca / rastrillaje
rapidez/ pequeñas series/ cicatrices separadas ”, y de alguna forma que resulta difícil de explicar aparezco allí en medio de la bestialidad más pura y bella.
¿Veo a los animales o veo mi bestialidad desprovista de toda influencia civilizadora? ¿Observo o soy engullido por la jaula? “Las mandíbulas de la jaula se cierran sobre un mundo de la bestialidad y la predación .”
¿De qué clase de Animales nos habla Silvestri ? ¿En dónde habitan?
Aunque tratemos de descifrarlo, nunca estaremos seguros porque
la ambigüedad favorece la identificación y la catarsis (bien lo sabe
Leonor, especialista en Literatura Antigua por la Universidad de Buenos
Aires ) .
Pero igual insisto. Le pregunto a mi amigo si “asiática monógama….”
podría ser una jirafa y me dice que sí, mientras se ríe , apura el
último trago de la primera botella y me dice que también “asiática monógama …” puede ser la vecina coreana que cruzamos por la tarde en el ascensor.
Insisto, insisto en mi lugar de científico y pienso que si leo
lo que veo como si fuese un procedimiento descriptivo, optando por
separar lo material de lo inmaterial, anoto las acciones ocurridas sobre
los cuerpos (mordidas, hinchazones, peligro de desmembración ) y
después paso a verlo como una metáfora, entonces lo material es la
imagen duplicada de lo inmaterial. “El charco de sangre …” es lo que queda de mi cuando mi amante se duerme dándome la espalda.
Para que pensar, pienso… y encuentro esta imagen : un Minotauro erótico… que así describe Foucault “ …Pero
el secreto de este Minotauro erótico no es que sea un animal en una
buena mitad ,ni que forme una figura indecisa y mal repartida entre dos
regiones vecinas. Su secreto recubre una aproximación bastante más
incestuosa : en el se superponen el laberinto que devora y Dédalo que lo
ha construido. Es a la vez la máquina ciega, los pasillos del deseo con
su fatalidad y el arquitecto hábil, sereno, libre , que ha abandonado
ya la inevitable trampa . El Minotauro es la presencia de Dédalo y su
ausencia al mismo tiempo en la indescifrable y muerta soberanía del
saber . Todas las figuras previas que simbolizan al monstruo llevan como
él esta alianza sin lenguaje entre un deseo anónimo y un saber cuyo
reino oculta el rostro vacío del amo. Los finos hilos de Ariadna se
enmarañan en la conciencia ; aquí , con un puro saber y un deseo sin
sujeto, tan sólo permanece la dualidad brutal de las bestias sin especie.”
Entonces “ el hocico toca la región anal / deslizándose suavemente / sobre la espalda subrepticio / adaptándose a todas las curvas ”.
Materia, pura materia, cuerpos que laten, se olfatean, se muerden, se
penetran, órganos sexuales tibios, duros, suaves que entran en el otro y
en si mismos, retráctiles. “…Pero es frente a la
materia cuando triunfa en él el deseo de ser lo que ve : quisiera ser
ciego, dejado, goloso, estúpido como el Catoblepas ; quisiera no poder
levantar la cabeza por encima de su propio vientre, y que sus párpados
fuesen tan pesados que ninguna luz llegara hasta sus ojos. Quisiera ser
‘estúpido’- animal , planta, célula- Quisiera ser materia . En este
sueño del pensamiento, en la inocencia de deseos que no fueran sino
movimiento…”
Aquí , por donde miro, nada nos habla de jaulas, pero quien
piensa jaula cuando ve un espacio abierto, puede ver un espacio abierto
dentro de una jaula, es el efecto producido al entrar y salir de una
escena, pero aquí no hay actores ni escenarios ni palabras que medien el
contacto de los cuerpos y los cuerpos obedecen a los órganos. El órgano
es el amo “el acoplamiento/ un pene sencillo / se
verifica /tal depresión / debe ajustarse / a la complejidad / de la
concha vibrante / una especie de ladrido /de hembra muda ”
Harto de leer poemas que no dicen nada, que no aportan nada,
que se regodean en el territorio de la muerte, harto de las pizarnik,
las silvia plath, harto del senderillo, del hermetismo ,del poema
dedicado a los zapatos de mi padre, a la mosca en el vidrio, a las
antenitas de la mosca en el vidrio, harto del poema neurótico tanguero,
busco algo que deje de dejarme indiferente .
Este es el libro. Y como soy científico frío duro
laboratorista, llevo conmigo al pequeño órgano artesanal y lo muestro
para anotar como reacciona: el amigo que sabe de poesía, la amiga
inteligente, la pizarnikiana, el muy joven, el harto ya de estar harto y
algo en la forma de reaccionar los unifica: nadie permanece indiferente
y tal cual como sucede cuando sin querer nos cruzamos con dos animales
copulando la reacción consiste en desviar rápidamente la mirada o
espiar afanosamente .
Difícil será el destino de un libro leído por el cobarde o
por el que espía, ya que este permanece en la sombra y jamás se
revela, más todos sabemos que cuanto más prohibido, más deseado y cuánto
más oculto, más buscado.
Se necesitan traductores, nadie es profeta en su tierra.
Nota:
textos en Negrita : de Acerca de las Costumbres de los Animales
textos en Cursiva : de Foucault
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